Situación Crítica

Digamos que ayer estuve a punto de perderme el grandioso viaje a mi pueblo bicicletero y quedarme aquí en merida (ohh que sacrificio) con todas estas cosas que hacer, con todos esos antros que visitar, con todas esas pedas pendientes..

Como siempre termine haciendo maletas a última hora, a última hora es literal: mi camión salia a las nueve y yo a las 7 y media estaba empezando a meter mi arsenal de ropa de frío. Obviamente una hora más tarde no había terminado y terminé saliendo de mi casa al cuarto para las nueve..

Tres minutos antes de que el camión partiera entre corriendo a la terminal con dos enormes maletas llenas al tope, unos pants, unos tenis y el pelo voleteandome. Varios hombres desocupados, varios, muchos! Pero ninguno me ayudo a cargar las maletas para pasarlas al otro lado. Lo que se gana uno por ir desarreglada y tener facha de lencha..

En fin que corro hacia la puerta del camión a subirme, ignorando lo que una señorita en medias con una cestita me dice a dos pasos de mi. Estoy arriba, pfff...misión cumplida, mis cuatrocientos pesos no han sido echados en saco roto, ahora tengo un lugar cómodo para pasar mis horas de viaje..

Me acomodo, saco mi lata-botella llena de te helado hecho en casa, me subo el cierre de la chamarra para no morir de heladéz y me dispongo a ver la película: Julia Roberts..ñam! Si..muy buena que se ve pero no la escucho..no hay sonido..volteo a mi alrededor y en la oscuridad puedo ver a los pasajeros contiguos con unas cositas grises en las orejas..

La imagen de la señorita en medias con una cestita se me viene a la cabeza como una cachetada. -Pendeja- me digo a mi misma.. -no pendeja, extra pendeja- me repito:

La cestita estaba llena de audífonos.

Moraleja: Si no te la quieres re-pelar en un viaje de largas horas, PORFAVOR! hasle caso a la señorita de medias y cestita que te llama insistente antes de abordar.