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domingo, 16 de diciembre de 2007

Mal de Amores · Angeles Mastreta

"Emilia oyò a Josefa cantar en la cocina y abrió los ojos. Mirò el cuerpo de Daniel respirando junto a ella. Desde los dedos de sus pies hasta la punta de sus cabellos desordenados le parecieron el mejor paisaje que había cruzado por su mirada. Pensò que no sólo su memoria, sino el aire, se quedarían marcados por esa presencia tan ajena a la fuerza que despedìa y al yugo con que le ataba."

Es uno de mis libros favoritos, definitivamente. Con cada palabra la autora te jala lentamente y te enamora de los personajes hasta no querer soltarlos. Captura el momento con todo y sensaciones: el olor, el calor, las texturas.. todo lo vas construyendo, disfrutandolo o sufriendolo según las horas que lleves leyéndolo. El libro con el que más he llorado.


"Se abrazaron en medio de un griterío. Besándose en el centro del camino, eran la mejor parte del espectáculo que había volcado a la ciudad sobre sus calles. Emilia hundió su lengua en la boca de Daniel.

Para acercarse al perfume de su cuerpo, Daniel apoyó una mano en la nuca la que ella mostraba como un cetro. Él olía a mugre de muchos días y traía tierra en las orejas que Emilia le besò despacio. La marcha de hombres y caballos se abrìa al encontrarlos abrazándose. Con una mano, Emilia acarició la espalda de Daniel, como si fuera dueña del tiempo. Luego buscó su pecho y del pecho bajó al camino hacia adentro que abría un pantalón colgado al cuerpo enflaquecido de su dueño. Sintió su grupa fuerte y su piel. Sólo un respiro. Llamando a gritos por unas voces que se alejaban, Daniel soltó su nuca, dejó sus labios, se libró de la mano que hurgaba bajo su ropa.

-Me tengo que ir – murmuró.

-Siempre – dijo Emilia dándola la espalda.

Antes de subirse al caballo, Daniel prometió que le buscaría en la noche.

-Te odio – dijo Emilia.

-Mentirosa – contestò èl"


Lo leí hace mucho, cuando yo era una pequeña lencha que no había besado a nadie, amado a nadie ni extrañado a nadie. Jamás terminé de creerme que dos personas que se amaban tanto solo tuvieran pequeñas dosis de ellos mismos y todo el amor se basara en la continua ausencia y nostalgia. Jamás termine de creerme que con el tiempo el amor no se evaporara por completo, ni mucho menos que alguien fuera tan fuerte como para ver partir al amor de su lado tantas veces en su vida sin caer de rodillas y tan débil para dejarlo entrar de nuevo como si el tiempo no hubiera pasado entre sus besos.

Jamás terminas de creertelo hasa que la vida se te pone al brinco y te demuestra que si.


"-¿Es mi nieta la niña que te trajo hasta la puerta?

-Ya sabes – contestò Emilia - . Aquì todos los hijos y todos los nietos son del doctor Zavalza.

-Pero èsta se quita el pelo de la cara con un gesto mìo – dijo Daniel.

-¿A què horas llegaste? – le preguntò Emilia besàndolo como cuando todo era terso en sus bocas. Un hueco invariable latiò bajo su pecho.

-Nunca me voy – dijo Daniel acariciando su cabeza con olor a misterios."

1 comentario:

Freaka dijo...

vaya llegador, debo confesar que tienes razon.. Daniel la tenia jejeje en fin..