Domingo Gringo

Los domingos en mi casa son el 80% de las veces iguales..

El espacio donde mi roomie y yo vivimos es bien reducido, y como usualmente el domingo es "domingo familiar" y nosotras no tenemos otra familia mas que la una para la otra, es bastante pelante.

Se produce el "Efecto Hamster", a diferencia que jamás tenemos comida y no tenemos una rueda giratoria para correr. Usualmente nos la pasamos tiradas, o viendo películas, o ya si nos pega la euforia, vamos a la tienda que está a cuatro cuadras de la casa, pero eso solo si nos pega la euforia, si no, nos limitamos a "orearnos" en el patio, para no apestar a encierro.

El domingo pasado, sin embargo, el aburrimiento y las ganas de salir fueron demasiadas: nos fuimos al centro. "Total, ahí siempre hay algo que hacer". No, error, no había que hacer, hasta el centro estaba aburrido.

Hambre. Ganas de pizza. Poco dinero. Ambas coincidimos en cenar en Vito Corleone, primero que nada por que no es un ataque tan de la chingada a la cartera, pero además porque AMAMOS las pizzas de ahí, son exquisitas.

Entramos a la pizzería y yo cla-ri-to vi que una chava sentada en una de las mesas del segundo piso me saludó, pero como no la conocía, pues no contesté ni nada. Subiendo sentimos la mirada de todos los de la mesa donde estaba sentada "la saludadora", puros gringos en el desmadre. Nos sentamos en una mesona del fondo porque no habían mesas chicas, y ordenamos el pan de cada día.

En eso una gringa se para y a dos mujeres que estaban sentadas en una mesa igualita a la nuestra empieza a medio ladrarle en español algo como "mis amigos viniendo, sientate aquí, mesa nuestra.."

Nosotras le entendimos a la gringa y la roomie, con su inmaculado inglés, les dijo que si querían cambiar de mesa con nosotras. Los gringos, sin embargo, insistieron en que nos sentáramos con ellos. Nos cayeron los seis, dos chavas solteras, un chavo con novia en su pueblo y una pareja, en la que el chavo, sinceramente, parecía del portafolio de Calvin Klein.

Muy, muy divertidos. Estaban medio pedos y hablaban fuerte y todos al mismo tiempo, por lo que a pesar de mis años de inglés entre primaria y prepa, derrepente me perdía y tenía que preguntar. "Whateveeeer" y todos brindaban con su respectiva cerveza.

Gringo: How can I say "I wanna sex you"?
Yo: Jajajajajajaja.. quiero..
Gringo: QUIEROOOU..
Yo: shhht! Quiero...
Gringo: quieroou..
Yo: cogerte..
Gringo: COGERTEEEI!

Terminamos cenando con seis personas totalmente desconocidas, que no hablaban español más de un 30%, pero con un ambiente bastante agradable, carcajadas y clases intensivas de español.

Al parecer las cosas inesperadas e interesantes están pasando por si solas, como antes.

Tal vez todo lo que me faltaba era dejar de "esperar" y hacer cosas que me gusten, no solo moverme bajo el fenómeno de la inercia social.