Sin embargo, al ver la fecha, sentí cómo el estómago se me contraía y la furia me subía por la garganta. Tuve que apretar los dientes para contener la voz justo detrás de la lengua.
Estúpido, por mi parte, haciendo berrinche por algo tan intrascendente, que sucedió hace tantos atardeceres y que, por si fuera poco, el día de hoy no viene al caso en absoluto. Estúpido, del todo estúpido, no hay un argumento coherente, racional, que me sirva para justificarlo.
Justo antes de que el minutero diera una vuelta completa, no fué necesario seguir apretando los dientes.
1 comentario:
Apuntalo en la historia de tu vida... pero que no te haga daño, no quiero ver a mi gomita triste.
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