Primera Cena

Foto de Kamasutra Lésbico

Visualicen: Nube (mi ex) y yo de 15 años, solas en un cuarto, viendo "50 first dates" en penumbras.

¿Se lo creyeron?

Si dijeron que si, que idiotas son. Si dijeron que no, definitivamente están consientes que hormonas quinceañeras, penumbras y privacidad no pueden estar en la misma oración sin que exista la palabra "sexosidad".

Of course, comenzamos con la firme intención de ver la película.. yo no la había visto, ella era la segunda vez que la veía. Tiernísimas, acostadas de cucharita, agarradas de la mano.. hasta que su mano cambió de posición a cierta parte sensibilísima de mi cuerpo entre mi cuello y mi última costilla.

Yo dije "ahí luego la veo, total.." y tomé impulso con toda la intención de girarme a seguirle el juego. No me dejó. Me dijo que ella ya había visto la película, y que yo tenía que verla porque si no para qué la habíamos rentado. Acabado el discurso, siguió tocando, manoseando, acariciando y apretando. ¿Como chingados quería que le pusiera atención a Drew Barrymore comiendo waffles? Tortura física.

El calor que producían sus manos en mi piel bajó en línea recta hasta mi ombligo, y después bajó más, aunque sus manos no se hubieran movido del lugar donde había comenzado. Intenté de nuevo girarme y generarle calor en la piel tal como ella lo hacía conmigo, pero el discurso de la película rentada y desperdiciada se repitió, haciendome quedarme inmóvil de nuevo, de espaldas a ella.

Intenté seguir viendo la película, lo juro, pero la carne es débil. Muy débil. La carne quinceañera lo es aún más. Mi concentración en la película era nula, la veía por flashasos, cuando mis ojos no se tenían que cerrar según la voluntad ejercida por las manos de Nube. Hasta que ni ella ni yo nos aguantamos..

Un faje. Pero no cualquier faje, un faje sumamente intenso. Desnudas como sirenas (de la cintura para arriba), piel con piel, dedos más curiosos que un gato, altas temperaturas, trazando rutas que, hasta la fecha, recuerdo sin ningún problema.

Una hora y media después terminó la película y con ella el sonido que disimulaba bastante bien los ruidillos que uno hace cuando está encamada. Dos botones apretados con prisa y ya habían sonidos disimuladores de nuevo: Coldplay, A rush of blood to the head, el mismo álbum que dos meses después adornaría nuestra primera vez.

El asunto se ponía más intenso.. las terminaciones nerviosas de las yemas de mis dedos no se daban abasto, mi lengua recorriendo relieves redondeados, mi cabeza no se donde chingados estaba, sinceramente. Supongo que puedo hablar por Nube y afirmar que estaba en el mismo estado de éxtasis que yo.

En un diálogo apretado en los labios, pero suelto en la mirada, decidimos darnos permiso de abrirle el cierre a nuestros trajes de sirena y sentir un poco más por primera vez, aunque fuera "por encimita".

Les bastará con saber que con la mano que tenía libre, Nube tuvo que subirle a la música para despistar el coro que le estaba haciendo, gustosa, a Chris Martin (el vocalista de Coldplay).

Acostadas una frente a otra, casi rozando la nariz: ella con cara de paz, yo con una sonrisa que mostraba mis molares sin ningún problema. Hablamos despacito, despacito, todo sutil como para no esparcir la magia. Nuestras respiraciones emanaban un vapor, una neblina.. de olor dulzón que hacía que todo se viera más lento.

Muchos minutos después, cuando todo se veía con menos neblina, tocan la puerta...

Próximo capítulo: Segunda Cena

P.D. Dicen que recordar es como volver a vivir.. que pinche horny me puse!