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lunes, 29 de noviembre de 2010

En mañanas como esta no puedo evitar recordar..

Entre sueños, oí como tu respiración dejaba de ser acompasada y luego un gran suspiro. Me desperté sin abrir los ojos cuando te levantaste de la cama.


Me hice consiente de mi cuerpo: estaba acostada con las piernas muy cerca del pecho. Tenía fríos los pies y las manos, y el aire que tocaba mis brazos me erizaba la piel.


Escuché tus pasos, un, dos, tres.. lentos, rodeando la cama y finalmente, parando. Con los ojos cerrados, aun, pude imaginarme dónde estabas y en mis labios se formó una sonrisa invisible. Después de habernos acostado a dormir sin un "buenas noches" siquiera, esto, de verdad, me bajaba las ganas de querer salir corriendo de mi casa.


Tomaste la sábana que estaba a los pies y rodeaste la cama de nuevo, escuché cómo la desdoblabas. Me adelanté mentalmente a los siguientes 10 segundos:


El sonido de la tela sonando contra el aire, el peso ligero de la sábana cayendo sobre mis pies y subiendo por mi cuerpo, la texura suave rozando la piel de mis brazos y la presión de las puntas de tus dedos mientras la acomodabas a la altura de mis hombros.


Estuve a punto de matarte, segundos después, cuando lo que sentí fue el peso de tu cuerpo al lado mío y la sábana rozandome la espalda mientras te la ponías encima.


Estuve a punto, de verdad.


Después, el aire frío que entraba por la ventana llegó hasta mis pulmones y me hizo fría a mi. Y me reí de mi, esperando demasiado, y me reí de ti sin pensar en mi.


Ya lo dijiste una vez, no es que me pase nada extraordinario, sólo me fijo más.


Eso y que los pinches simbolismos son lo mío.


Al rato regreso, me voy a encontrar una sábana que ya viene el invierno.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Odio las sabanas me dan frío, creo que no deberían existir por suerte cada quien decide como adecuar su cama, y te preguntaras y a mi que chingaos me importa lo que opines y la verdad es que dentro de tu blog yo hago mi blog, puedo comentar y si quieres publicarlo o no, aún así ya lo dije, me gusta mucho leerlo admiro que te des el tiempo para escribir como un día lo hice, en fin, buen día.

MR

Limonitz dijo...

que poca madre de la señorita envidiosa de las sabanas en cuestion.