"Me voy a quedar unos días contigo" fue la frase detonante. Lo único que me permití fue hacer una mueca parecida a una sonrisa, agarrar mis llaves de la mesa y salir pitando por la puerta trasera.
Cuando se cerró detrás de mi, la mueca se había desaparecido por completo y la cara se me había descompuesto. No recuerdo muy bien el trayecto a mi carro, pero una vez que estuve dentro, se que lo arranqué con violencia y el sonido del motor parecía reflejar mi estado anímico. Pegué un reversazo y luego arranqué hacia adelante a una velocidad bastante por arriba de la permitida.
Entonces, solo entonces.. fue inevitable. Las lágrimas se me empezaron a escurrir por toda la cara, las manos me temblaron apretando las uñas al volante y todas las mentadas de madre que me conozco me salían por la boca, echando fuego.
¿Cuándo va a parar el pinche conteo de los días?
5 comentarios:
pues mejor ni pensar en eso,las cosas ya están hechas desgraciadamente,y toooooodas siempre casi casi nos desquitamos con el carro,en mi caso me largo en la moto igual con velocidad que no es permitida,simplemente me siento libre.
go to that happy place.. inside your head.
DL
jeje tranquila.. Algún día todo esto, terminará. Ya lo verás :)
intente comentarte en el post de arriba pero no se puede, el blog no coopera.
ten paciencia, ya es menos el tiempo, intenta ignorar.
estaba leyendo tus entradas anteriores y vi que has ido a las marchas y que quisieras venir a una de aqui,del d.f,te la recomiendo...realmente es un mundo de gente,mas personas de las que te puedas imaginar,yo fui a la de hace 2 meses,y tod@s ibamos juntos,nadie disperso,muy bueno.
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