Sin importar la cantidad de mierda que hay en tu vida, siempre existe en la memoria ese momento que te hace pensar "vale la pena", ese recuerdo que te da una intravenosa de esperanza, o de paciencia, o de fortaleza, o de lo que sea que te haga falta en ese momento.
Y por motivos que desconozco, cada vez que regresa a tu cabeza, regresa también a tu lengua, a tu naríz, a las yemas de tus dedos y a cada una de tus terminaciones nerviosas, haciendo que por unos instantes, solo por unos instantes, lo imperceptible se vuelva perceptible.
¿El mío? Por gracia o desgracia poseo una memoria bastante detallada a largo plazo, lo que me da más de un momento de ese tipo. Sin embargo no dudaría en mencionar el último que pasó por mi cabeza hace poco, que fué exactamente lo que me motivó a escribir sobre ésto:
En un cuarto azul, a media luz, atardecer en la ventana. Frente a mi, alguien abrazándome. Yo, colgada de su cuello, mientras siento su respiración en el mío, y sus manos en mi espalda. ¿Y que hacemos? Bailamos. Bailamos espontáneamente, con los ojos cerrados.. sin coreografía, sin música. Bailamos con los ojos cerrados, arrullándonos, balanceándonos de un lado a otro, con el compás perfecto.. ese que te sale de enmedio del pecho.
Y por un segundo, lo imperceptible se vuelve perceptible..
2 comentarios:
son cosas que jamás ser iràn.
muchos saludos querida gomita.
Sabe hablando de recuerdos ese video y esa canción me hacen recordar que cuando era reciente no paraba de escucharla una y otra vez. La letra no importaba demasiado, pero tenìa toda una historia propia completa sobre ella en mi cabeza... que cosas
te amu
y por un segundo regrese al pasado...
gracias
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