He llegado a mi pueblo bicicletero. Y estoy sana. Y ya.
La cosa está un poco estresante.
Debería considerar tomar unas cuantas terapias pre-mudanza cada vacaciones. Sinceramente, se me olvida que cada que regreso será el mismo proceso de adaptación, del cual probablemente en un futuro, escriba un libro: ¿Cómo volver a ser hija de familia una vez que ya fuiste hija de puta?
Resulta que de por si, mi forma de ser, de pensar, de vestir, de hablar..de vivir! nunca coincidió con lo que la familia consideraba aceptable (y eso que no saben de mi código de barras multicolor!).
En mi pubertad, obviamente, después de pelearle tantito me mordía la lengua y pasaba a lo siguiente, como que aún no tenía los huevos suficientes para montarme en mi mula y que me valiera madres.. digo, hasta la fecha de repente me sigue jalando el cordón umbilical, pero solo en determinadas ocasiones.
Y se hizo la luz.. y me fui a Mérida.
Allá nadie me conocía, era una hija de vecino cualquiera, sin ascendencia, sin relación con ninguna reputación familiar.. yo, y ya. Respiré aire fresco, una, dos veces, y empecé a hablar, y hasta ahora no he parado. Por supuesto, ahora no soy tan hija de vecino, cualquiera. Después de más de tres años viviendo allá, ya soy ubicada en el mapa, ya me relacionan con personas, y sobre todo, ya me relacionan con "la familia".
Si gente, con "la familia", así, entre comillas. El destino los puso ahí para mi, y si bien no son mi familia "de sangre", lo son de todo lo demás, en muchas ocasiones, son más reales que la que si lo es. La diferencia está en que allá mi familia es como yo, y les gusto como soy. Y echamos desmadre. Y hablo con palabras soeces. Y cuando es tiempo de jalarme las orejas, me las jalan.
Felicidad. Felicidad. Felicidad. Siempre es muy agradable saber que hay alguien en el rol de papá o de mamá que te va a decir cuando te estás arrimando al lado equivocado estando en el mismo "canal" que tu y no todos los lados a los que te arrimas están equivocados.
El problema es cuando te tienes que quitar los tennis y ponerte las zapatillas de satín, que además, son medio número más chico de lo que usas. Ya no te entran. Y si, van cediendo poco a poco, pero jamás van a ceder lo suficiente para que no te sofoquen.
Y si, ya aceptan mis palabras soeces, y mi música, y mis horas de llegada, y mi ropa, y mis zapatos.. pero no siempre.
Y ese "no siempre" es al que cuesta acostumbrarse de nuevo.
Buenas..las tengan.
Hasta nuevo aviso.
5 comentarios:
Hola
yo siempre leo pero nunca comento he
de admitir pero pz ahora k no tengo
tanta flojera te firmate prk pz aparte valen la pena tus post =)
y pz si supongo k siempree cuesta trabajo adaptarse pero espero k te diviertas por aya en tu pueblo y pz si surge algun problema con tus padres pz dicen k hablando se entiende la gente 8-)
haber si funciona...
saludos!!
mi vidooo
ojalá pudiera yo decir que tengo cachito de libertad, jajajaja me conformaré con mi aparente libertad convencional momentánea mujer. mínimo hay dine jajajaja
se cuida y se divierteeeee obvio no más que aquí !!!!!!! aaaaaa pero no se pierda
La true de la life, reza otro blog por allí.
Soy buga, por lo tanto no voy a decirte que te entiendo, porque la verdad, ni máiz. Cargar los zapatos tuyos o de cualquier otro miembro de tu respetada comunidad, esta de la chin.ga.da.
Leerte es un descubrimiento diario. Gracias por compartirnos tus peripecias.
Suerte en tu propósito de salir del clóset ante la familia. Como decimos por acá: Va a estar bien pelada.
Espero pronto su próximo Capítulo.
a veces hay que ser tan solo un poco complaciente, para que siga el circo y al final sigas haciendo tu voluntad.
DL
estoy de acuerdo con lezzoh ......
y saber esperar el momento pork si no te sientes segura ps para k solo sera un relajo y al final no vas a poder explicar nada y luego sera peor
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