Mortal, al fin..

A veces me da por pensar en la forma en la que se desarrollan las relaciones. No solo en pareja, las relaciones en general..

Hace mucho lo platiqué con alguien, de las pocas personas en este mundo a la que no le tengo que explicar quién soy. Suelo ser medianamente cálida en mi trato a las personas, salvo alguna que otra madrugada que me vuelvo fría y calculadora, y las relaciones personales se me hacen lo más ridículo en esta vida.

Era una de esas madrugadas en las que veía las relaciones desde "afuera", en las que a mi alrededor aparecían y desaparecían personas y situaciones que había presenciado recientemente y las encontraba verdaderamente estúpidas.

Tenemos la pinche costumbre de complicar las cosas hasta que explotan. No se por que, pero es así. No decimos lo que queremos, ni dejamos de hacer lo que no queremos y MUCHO MENOS cedemos en lo que deberíamos ceder hasta que, o ya estamos al filo, o ya es muy tarde.

¿No me creen?

Solo analicen lo que han hecho en el último mes, me atrevo a afirmar que sería suficiente con mirar hacia atrás en la última semana para encontrarnos con acciones y líneas de pensamiento más torcidas que cualquier dramón griego.

Son ganas de cagar las cosas, ganas de tener de que quejarte. Algo que podría llevarte en tres pasos a una solución, se convierte en un estira y afloje que no ves para cuándo terminar.

¿Para qué todo esto?

Para los demás, no hay otra razón. Si el ser humano aprendiera a hacer lo que lo hace feliz en lugar de dedicarle la vida a complicarle la existencia al otro y a el mismo, de verdad, nos ahorraríamos dinero, tiempo y ganas de morir.

Ayer era de madrugada, pero NI ASÍ pude con las ganas de complicarme la existencia. Tuve la oportunidad, cien veces, mil.. pero me limité a seguir con la actitud errónea de hacer lo que esperas que hagan y no lo que quieres hacer.

Pero ya son las 9 de la mañana, no es de madrugada ni se supone que tenga la capacidad de ser fría y calculadora.

Justo en este momento, soy una mortal cualquiera en busca de la infelicidad.

En voz alta..

Ok, no se que es lo que pasa, pero no estoy escribiendo.

Si, mi vida ha estado media lineal últimamente, pero eso no justifica que yo tenga tan abandonado este asunto.

Llevo cuatro post en el mes y está a punto de acabar. CUATRO.

Pero es que también, ¿qué digo? O sea.. esto precisamente, éstas cavilaciones "en voz alta" es lo único que me viene a la cabeza.

Vamos a darle chance a mi cabeza, que vuelva a la posición original.

Escribiré pronto (:

Buenas las tengan.

Detonante

Iris - Goo Goo Dolls

Siempre he dicho que todo tiene un detonante. Que dos personas, dos objetos, dos lo que sea pueden estar uno junto al otro por toda la eternidad hasta que algo pasa que hace que exploten, o que se fundan, o que se atraigan como imanes, o que se repelan insoportablemente.

Tengo muy claro el detonante, por ejemplo, de mi amistad con Fresa.

Llevábamos casi dos años de estudiar en la misma escuela, de los cuales casi uno completo habíamos estudiado en el mismo salón. Jamás nos habíamos pelado.

Un día, como reacción a una situación catoloquísima, típica de la institución, hicimos algún comentario amarguísimo, típico de ambas... y nos dimos cuenta que teníamos algo en común, a pesar de vernos como polos opuestos.

Luego, algunos días después, nos dimos cuenta que vivíamos cerca y me invitó a desayunar al salir de un examen. Preparó cuernitos y te helado. Estábamos solas en la casa y empezamos a platicar...

Entonces, me contó una de las historias de amor más tristes del mundo..

Estuve a punto de llorar, más de una vez. Me iba hundiendo en mi silla y deseando tener la confianza de correr a abrazarla y ponerme a berrear. No entendía como estaba tan tranquila contándome algo así y MUCHO MENOS por que, si apenas me conocía, estaba diciéndolo como si nos conociéramos de toda la vida.

Ese fue el momento detonante, para mi. No se si ella se acuerda, pero yo, en ese instante, sentí que iba a ser alguien en mi vida.

¿Amigas a primera vista?

No lo se, pero de ahí para adelante, hasta la fecha.

Punto y Coma

Sebastian no puede escribir. Arruga una hoja tras otra, como si quisiera llegar a la luna en una montaña de papeles. Las teclas de la máquina de escribir suenan sin parar y al final una hoja más se retuerce entre sus manos justo antes de terminar en una esquina, del otro lado del cuarto.


Hunde sus dedos en el cabello y lo tira hacia atrás, mientras aspira con fuerza el olor a frío y a café, notablemente hastiado. Toma un cigarro de la cajetilla sobre el buró y lo prende, toma también un trago de café y no puede hacer más que mirar al techo mientras saborea el tabaco en su lengua. Apaga el cigarro a la mitad en un cenicero lleno de colillas y de ceniza.

¿Cuántas madrugadas van a pasar antes de poder escribir algo decente?

Estaré

"Te dejo con tu vida, tu trabajo, tu gente. Con tus puestas de sol y tus amaneceres. Sembrando tu confianza, te dejo junto al mundo derrotando imposibles, segura son seguro. Te dejo frente al mar descifrandote sola sin mi pregunta a ciegas ni mi respuesta rota. Pero tampoco creas a pie juntillas este falso abandono... Estaré en donde menos lo esperes."

Mario Benedetti

Sin duda

"El eterno idilio entre lo que quiero y lo que necesito"

Siempre, lo que quiero... SIEMPRE.

Muchísimas veces en mi vida he escogido lo que quiero y me ha ido de la chingada, me han dado en la madre y me he caido... pero no me arrepiento de nada, en absoluto, lo volvería a hacer todo igual.

Las únicas veces que he escogido lo que necesito, me quedo con las ganas de haber hecho las cosas.

No quiero eso.