El cigarro se le consumía entre los dedos de la mano derecha, en la izquierda sostenía a medias un shot de tequila. La voz se le rompía de vez en cuando, mientras gritaba la canción que sus amigos habían escogido para cantar en el escenario. Ella no había pasado en esa ronda precisamente por eso, por que la voz se le iba a romper antes de llegar a la segunda estrofa.
No quería dar espectáculos, ni que las luces le pintaran de colores las lágrimas. No quería que se le rompiera la voz y que su dolor se escuchara diez veces más fuerte, a travéz de unas bocinas. No quería tener que das explicaciones, no quería negarse a darlas una vez más. Mariana la conocía poco, pero no es que fuera muy difícil interpretarle la expresión de sus ojos y saber que había algo detrás de esa canción.
(Post escrito el 27 de Junio del 2009)
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