De: Goma Rosa
Para: Superman
Con respecto a lo último que me escribió, Superman, sólo
tengo que decirle:
No me bese, no se esfuerce. Yo no lo requiero. Ni hoy, ni
mañana, créame. Para mí, los besos sólo cuentan si son desenfrenados,
de otra manera, me parecen de lo más
desagradables.
¿Quiere saber algo de mí? Me gustan las clavículas y tengo debilidad extrema por los brazos fuertes y las espaldas marcadas. Extrema, le digo, pocas veces puedo decir que no cuando los tengo cerca y me amarran de una forma irracional.
A pesar del altar en el que usted me pone, tan centrada y tan
amante del espíritu,
debe saber y estar consciente de que la mujer
que ha tenido enfrente durante los últimos
tres años también ama el cuerpo y lo superficial, también lo valora y le da
prioridad. Y también ha tomado decisiones sin
tomar en cuenta más que eso.
Es mi debilidad, es mi tropiezo, es mi queridísima porción de superficialidad y me adoro por eso. No me da culpa, ni me decepciona de mi misma. No debería dejar que eso le pase a usted. No se odie, Superman, no es ningún pecado.
Las decisiones que toma y los motivos que la llevan a tomarla, deberían hacerla sentir segura. Existen aspectos que nos inclinan más hacia algo y si así lo está decidiendo, debería sentirse convencida y satisfecha con los resultados.
Si el valor que le da a lo superficial y a lo intrínseco es
equitativo, la vida nos coloca,
por lo tanto, en la posibilidad dialéctica de
concluir que el lugar que ocupo en su larga lista de mujeres, es igual al de cualquier otra que satisfaga sus
"requerimientos" en cuanto a la
parte superficial, que tanto odia necesitar. Incluso por debajo de la media,
ya que ha aceptado soportar lo intrínseco por
lo superficial, pero no lo contrario.
Entonces, Superman, las opciones se le acaban.
De ninguna manera contaría con esfuerzo alguno de mi parte
para cambiar ni siquiera
el largo de mis uñas, ya no digamos la eterna
lista que supongo existe debajo de mi nombre,
si lo anterior es condición estricta para que esté conmigo.
La razón es muy simple y concreta: la inversión de tiempo y
energía necesarios, para
nada valen la pena si al final, a lo más que
aspiro es a encontrarme una relación basada en algo tan débil y volátil como lo es el cuerpo.
Por otro lado, tampoco sería capaz de pedirle clemencia para
que cambie su decisión,
pues rogar ni es mi costumbre, ni considero que
me haría sentir satisfecha con el resultado. Respeto su postura y antes de que me diga lo contrario: no estoy
pidiéndole que cambie.
No sé a quién agradecerle el tener la capacidad de amar ambos
aspectos de mi persona, con locura.
Me conoce, sabe que soy insegura y desconfiada, pero acabo de caer en cuenta de que llegó a tocar lo único que no sacrificaría por una
relación: mi autoestima.
No me puedo imaginar en una relación, después de lograr
cumplir la eterna lista de los
requerimientos que usted supone, sumergida en
ataques de pánico con respecto a lo que espera
o no de mi. Llevando las de perder, por supuesto, imaginando las incalculables posibilidades
de que no logre cumplir el estándar de calidad y usted me abandone.
Imposible, no me perdonaría jamás el provocarme semejante desequilibrio emocional.
Y tampoco se lo perdonaría, definitivamente.
Entonces, desisto. Tal como lo hice antes, por razones ajenas a ésta, pero con el mismo temple y seguridad. Desisto y le pido que ni se sienta culpable, ni se odie.
La decisión no
sólo es suya, sino también mía... lo ha
mencionado varias veces.
Deje de repetírmelo y
comience a aceptarlo.
Si le parece incómodo, créame, no se vuelve a tocar el tema. Sólo quiero que no quede en el aire que lo que me parece injusto no es que no logre cumplir los requerimientos, Superman, si no que utilice el estímulo que puedo brindarle para sentirse plena en lo intrínseco y fusione mi persona con cualquier otra que le llene plenamente la parte superficial.
No estoy dispuesta a consentirlo, por respeto a mí. Yo no considero que mi valor sea el 50% de la persona que alguien quisiera para tener a su lado, si no un ser completo que es capaz de ser feliz y hacer feliz.
Si está cómoda viviendo de esa manera, mi trabajo será respetarle. Siga uniendo piezas para conseguir lo que necesita, no tengo por qué juzgarle. Pero dese cuenta de una vez que lo que tanto odia, no lo odia en mi, si no en usted. Sea sincera, me lo merezco. No le estoy pidiendo que me responda, si no que se lo responda usted misma.
Por último, me gustaría que entendiera que he reflexionado el
concepto "todo o nada" y
la forma en la que lo hemos aplicado hasta el
cansancio en nuestra relación. Hasta ahora logro
entender que mi percepción del "todo" a usted le quedaba chica y que,
por supuesto, no habría por qué
entregarse del todo, si no lo estaba recibiendo de regreso.
Supongo y espero que tendré una respuesta... y por alguna razón, no logro convencerme de que no será inquietante. Pero la aceptaré, cual sea. No hay nada más que desee en ésta vida que lograr un equilibrio y dejar de sentir que seguimos sin resolvernos.
Una vez más, no se odie... yo la amo, tal cual es.
Goma Rosa
2 comentarios:
Es admirable su fuerza y determinación.
Desde mi punto de vista, estas tomando las mejores decisiones para ti y eso, si que es amor propio.
Me gusta estar aprendiendo de ti y, yo me uno al club de fans.
Saludos muchos ;)
ame al amanera en k apesar de la devilidad que una mujer lencha enamorada puede tener, tus palabras y desiciones son determineantes, gracias goma rosa realmente aprendo siempre cosas nuevas de ti!!! una fan mas del club!
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