Perfect Timing

Entonces te vi salir, tomando su mano, cuando debías haber estado conmigo.

Y lo supe: no podía continuar cerca de ti sin sufrirte diario. Sin sentir diario que me hacías falta. Sin que me dolieras en cada pensamiento desafortunado.

Fue ese el momento en el que decidí, finalmente, dejar de pensar en ti. En lo que necesitabas, en lo que te haría mejor, en lo que me ibas a extrañar, en lo mal que te ibas a sentir.. en mi ausencia. Y es que no puedes dar lo que no tienes. Lo que ya no tienes. Te di todo, incluso cuando era lo último que me quedaba. Incluso cuando no te lo merecías.

Fui una estúpida muchas veces, definitivamente. Te traté del carajo y te hice sentir una mierda, sin embargo, no tuve que hacer mucho: la culpa, en ti, era suficiente para tirarte al suelo.

No me voy "para que aprendas", ni para que me extrañes, ni para ver si vuelves, en una de esas. Yo no volvería contigo. Me voy por que se en qué me puedo convertir si me quedo. Se que puedo tirarme a llorar cada noche, hasta que se me acaben las lágrimas, o que puedo ser una hija de puta y destruirte la vida.

No estoy dispuesta a destruirme yo, con ninguna de las dos opciones.

Entonces, como si estuviera siguiendo el guión de una película cliché, fue hora de agarrar mis maletas y poner varias horas de distancia entre tu amor y el mío. Para bien, gracias a la vida. No hubo mejor momento para que me colmaras la paciencia que antes de partir.

Ésta ves no se trata de ti, mi amor, se trata de mi. Me voy para estar bien. Cuando podamos estar cerca sin lastimarnos, lo estaremos. Espero que logremos ser amigas y que formemos parte una de la otra, al pasar el tiempo.

Mientras tanto, que tengas una buena vida.

Y que haya valido la pena.