Diente de León.

Mientras manejaba con el sol en la cara, no podía dejar de pensar cómo iba a ser mi vida sin ella. Como si alguna vez la hubiera tenido con ella.. que jodida. Pero por alguna razón siento que al renunciar a eso que nunca tendré, también estuviera mandando al carajo un pasado que nunca existió.

Como si tuvieramos toda una vida juntas, como si estuviera escrito. "Ella es para mi." La frase me sonó entre las sienes, pero sonó extraña. Absurda, hasta cierto punto. "Ella es mi destino". Peor aún.

Y el cassette se me regresó hasta hace unos cuatro años. "Nube es mi destino". No había duda de eso, lo sentía correr por mis venas, lo sentía cuando me pegaba el sol en la cara, lo sentía cuando entrelazaba sus dedos con los míos. La amaba, era inminente. En ese momento hubiera apostado mi mano derecha y todos mis dientes a que mi destino era terminar con Nube, por siempre, para siempre.. la hubiera seguido al fin del mundo. Justo ahora no creo que exista una razón que me haga considerar un "periodo de prueba" siquiera. Hoy ella no es mi destino.

Hoy mi destino es Superman. Y hoy su destino es otra. Hace menos de seis meses, podía poner las manos al fuego diciendo que era yo, hoy ya no. No es reclamo, si me arde, pues, pero no es reclamo. Simplemente ya NO SOY, ¿me voy explicando?

El calor que le hacía vibrar hasta los huesos, el impulso de correr todos los kilómetros que nos separan, la fuerza casi magnética, las ganas contenidas de decirme "vente a vivir conmigo"... eso ya no existe. O existe con la mitad de intensidad. O yo que se.

Lo que se es que ya no soy yo,"Ella es para mi" es algo que caducó de su lado, aunque del mío exista aun el calor, el impulso, la fuerza y las ganas contenidas.

Ella es mi destino hoy, lo siento correr por mis venas, una vez más.

Pero el destino es tan efímero como un diente de león... basta con que le soples tantito para que se te deshaga en las manos.

Ella es mi destino, pero estamos hablando de hoy, no de el próximo año, o de las dos semanas siguientes, o de mañana a las cuatro de la tarde... o de en un ratito, cuando me duerma y termine soñando con alguien más por puro berrinche.

Vamos a ver cuánto tardo en soplarle yo, o alguien más, quien sea... vamos a ver en cuánto tiempo se me deshace el diente le león entre las manos.