Al post anterior le faltaba el final y corrección entre párrafos.. favor de echarle una leída de nuevo, esta es la actualización:
Si, me tardé.
Ocho días pasaron entre el último post diciendo que "mañana era lunes" y éste. Los primeros tres días fueron por pura hueva y ganas de quedar "callada", como los monjes que hacen votos de silencio, o las monjitas éstas de los cláustros, sin embargo los últimos cuatro días no he tocado una computadora ni de broma.
Hace algunos meses escribí sobre lo
sola, dolorosa, pinche y decepcionante que era mi vida y el coraje que sentía por lo hecha mierda que estaba, por la ausencia de esa chispa natural que existe alrededor de lo que hago, digo, como y escucho. Hablé de un "detonante" que no era otro más que sentirme estancada mientras
quién sabe quién se movía hábilmente hacia adelante,
volteándo de vez en cuándo hacia mi,
haciendome sentir mierda.
Tal vez no muy inteligentemente, fui dejando atrás todo aquello de lo que ya me había cansado: el ambiente jodidamente viscoso y ácido de "todos contra todos" en el que me movía, la amiga mimetizada con la mujer de su vida, las cervezas en botellas inmensas, la rutina aburrida de los fines de semana, la falda de tablones amorfa, las niñas de pelo planchado y uñas con manicure francés, las miradas desaprobatorias a partir de mis opiniones "libertinas". ¿Error? Por desgracia soy una persona radical, y al deshacerme de todo lo anterior mencionado, se fueron en "la misma bolsa" algunas amistades que si valían la pena (a las cuales les dedicaré el 2009 en caso de que me quieran de regreso en sus vidas).
Sin embargo de esos meses a la fecha no puedo mencionar un solo aspecto que haya desmejorado. Puntos menos, puntos más, llantos, preocupaciones, mandadas a la chingada, angustias.. sin embargo ningún resultado aparece en números rojos.
Primero que nada,
entré a la universidad dejando atrás para siempre la "jaula de oro", es decir, el Santo Niño de Atocha. Con ésto el pleito mañanero conmigo misma para ir a la escuela desapareció casi del todo, la libertad de vestirme como se me pegue la gana me alejó de la asquerosa falda de tablones y los traumas que ésta provocaba, las niñas de pelo planchado y
manicure francés fueron reemplazadas por gente en su mayoría interesante, en su mayoría
pensante y en su mayoría digerible.
El ambiente viscoso y ácido fue sustituido por la Roomie y yo, la una para la otra por algún tiempo, encerradas sin hacer nada los fines de semana.. sin embargo preferíamos eso a las rutinas aburridas y espesas, a las idas de cacería "todos contra todos". Periodo de descanso, y después todo agarró ritmo de nuevo.
La Chumis y yo nos adoptamos como hermana mayor/menor y amenizamos la pérdida de tiempo con comentarios doble sentido. "Yo que tu abriría la puerta" se ha hecho un clásico de mensaje de media tarde, y al abrirla aparece la Chumina en persona, con una pizza, o con ganas de platicar, o con ganas de ir a cenar, o con ganas de joder, sin plan previo.
Hablé por teléfono con Nube, después de mucho, volví a convencerme de su irremediable don para hablar y hacerme hablar sin parar durante horas, volví a conectarme con ella, a incluirla en el sistema y a disfrutarla en lugar de sufrirla, a pesar de su inmensa inconstancia.
Conocí a tres amigas de esas "de toda la vida" que conoces cada mucho tiempo, Palm, una de ellas, güera con la cual me hermané y a la cual quiero mucho a pesar de estar pirada, las otras dos ya tendrán nombre blogger, todas diferentes pero todas haciendo esa masa homogenea que hace que los días sean más placenteros.
Volví a ver a Adri y a Ju, amigas de la escuela que dejé de ver durante mucho tiempo por andar en aquellos andares de lesbiana social, ellas me volvieron a querer y ahora disfrutamos de las salidas de media noche, del horrible sabor herbal/alcohólico del ajenjo y de las pláticas sexuales en lugares públicos.
Conocí a Mango, y la saqué del juego dos veces pero regresó mentándome la madre, diciéndome que era una pinche mamona y la quise mucho por decirme la verdad. Y la quise más. Y la quise más. Y no se como ni cuando bajé la guardia, ya no me dio miedo y me dejé ir a pesar de la diferencia de edades, de gustos y de forma de pensar. Y la quise aun más.
Y el "recuento de los daños" fue en vano, no hubieron tales daños.
El corte final por fin no solo cuadró, si no hubieron ganancias. El sentimiento de estar estancada se fue, siento que me muevo ágilmente hacia adelante, que mi vida no es una espesa rutina que tengo que cumplir, que lo que hago me hace feliz y que la gente que me rodea no es algo que tenga que soportar, si no que realmente la disfruto.
Y el 2009 comienza, y comienza bien.
En lo que va del año he visto a Tavo más tiempo de lo que lo había visto en los últimos años. Con sus primeros minutos de adaptación y vinculación de un montón de letras a un cuerpo con voz, claro está, pero también con esa sensación de no haberme alejado nunca, de no haber extrañado.
(Dejo aquí un link a futuro, por que el próximo post será de eso).
En lo que va del año he dicho "te quiero" más veces de lo que lo había dicho en los últimos años, sin decirlo con nostalgia, ni con tristeza, ni con ira, si no con la razón simple de querer decirlo. Los "te quieros" me salen de justo arribita del diafragma, subiendo con euforia por la garganta y dejando esa sensación que dejan los chicles de canela (o en éste caso, de Mango).
De aquí para adelante.. hacia atrás ni para tomar impulso.