También me gusta leer lo que piensan de lo que pienso. Comentarios, por favor!

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Que nadie te arruine la fiesta.

-¿Cuál es tu última clase?
-Sociología, ¿por qué?
-Terminando te espero para que hablemos.
-¿Pasa algo?
-No.

Estuve pegándome en las piernas con el lápiz hasta que escuché sonar el timbre. Mis apuntes hechos en automático, con letra horrenda y yo, sin poner atención. ¿Para qué quería hablar conmigo? Seguro mi mamá había hablado con el. Cabrón, ¿qué le habrá dicho? Esa era el arma de doble filo de ser amiga de un maestro que, además, se llevaba con mi mamá. En plan "es mamá de mi alumna", pues, no eran brothers ni nada... pero aun así, me traía los pelos de punta el "tenemos que hablar" tan serio que me había lanzado antes de que terminara el receso.

Lo conocí en mi primer día de clases, al entrar a preparatoria. Era el maestro encargado de mi salón y por alguna razón se le quedó mi nombre, o mi cara, o mi voz de pito. ¿Quién sabe? Pero me traía entre ceja y ceja, andaba pendiente de si estaba cagando alguna materia o si faltaba a clases como el carajo, lo cual era siempre. Y ya, por afuera de clases, también estuvo pendiente de mi, de las putizas que me pegaba mi mamá por no meterle ganas a la escuela y de lo que fuera que una pendeja quinceañera llegara a necesitar de un adulto en una ciudad donde no tenía familia.

Salí y me estaba esperando sentado en una banca, frente al patio. Me senté al lado de él con cara de regañada, abrazando mi mochila y se burló de mi. Mientras todos los del salían, hicimos como que esperábamos a alguien y entendí el mensaje: discreción.

De pronto, no hubo más ruido dentro y casi no había gente en los pasillos...

-Entonces... ¿qué es lo que pasa?
-¿Qué?
-¿Qué pasa? Algo tienes y a tu mamá no le dices nada. Está que se para de pestañas.
-No entiendo.
-Sí entiendes.
-Está bien, si entiendo.
-¿Entonces?
-Entonces no te puedo decir.
-No tienes que decírmelo, si no quieres, pero tampoco tienes que vivir sola lo que sea que te esté pasando.

Se le nota en la cara lo preocupado. Sepa Dios qué habrá hablado con mi mamá, pero mi mamá debe de estar el doble de preocupada para haber dejado así a mi maestro. Seguro piensa que soy una ebria perdida, o drogadicta, o que ando metida en quién sabe qué carajos.

-No me está "pasando" nada. Soy yo misma la que me estoy pasando y, la verdad, no sé cómo decírtelo.

Me sale más "ladrado" de lo que esperaba.. pero es que ¿por qué siempre a pensar lo peor de mi, chingados? El me sonríe, como intentando calmarme.

-Dispara.
-No.
-Me huele a que ésto no sólo se trata de ti...
-¿Qué?
-Que hay alguien más, ¿o me equivoco?
-No, no te equivocas. Hay alguien, o hubo alguien, no lo sé, es complicado.
-¿Es hombre o mujer?
-¿QUÉ?

Mi catoliquísimo maestro me acaba de preguntar, indirectamente, si está pasando "algo" con "alguien" y dejó abierta la posibilidad de que ése "alguien" sea mujer. Pendejamente, la mocha asustada soy yo y empiezo a preguntarme si eso se lo pregunta a todos o si "se me nota" tanto. Me miro las uñas, por reflejo, pintadas de morado metálico, larguísimas, y me acomodo el listón de la coleta. Si, sigo siendo "niña bien".

Lo veo a él, nerviosamente, sin decir nada. Está más calmado que cuando empezamos a hablar, como si le hubiera "caído el veinte" de algo que no logré comprender hasta muchos años después.

Sabiamente, él se queda callado y desvía la mirada hacia el patio. Me da tiempo para contar hasta mil.

-Es mujer. Se llama Nube.

Se me rompe la voz y me quedo callada. El sigue sin verme, pero me hace un gesto con la mano de seguir hablando.

-Pues ¿qué quieres que te diga?
-¿Qué es lo que pasa?
-Pasan muchas cosas, no lo sé, es la primera vez que, o sea... no sé, chingados, ésto es muy raro: yo diciéndote a ti que estoy enamorada de una niña.

Me voltea a ver y me levanta una ceja por el "chingados".

-¿Estás enamorada de ella?
-Si.
-¿Y...?

Sin plan, ni guión, siento cómo se me cierra la garganta y se me empiezan a escurrir las lágrimas. Me cubro la cara con las manos y empiezo a ahogarme en llanto. Me pone una mano en el hombro y me vuelve a preguntar:

-¿Y...?
-Y es una mierda, y me dejó, y no me quiere, y estoy sola, chingada madre.

No levanté la cara no sé en cuanto tiempo. Lloré como desquiciada ahí mismo, en una banca frente a toda la escuela, después de confesarle a mi maestro que definitivamente, no era heterosexual, después de pretender, sin mucho éxito, que "no pasaba nada" frente a mis compañeritos, frente a mis amigos y frente al mundo.

Cuando pude respirar sin tanta complicación y me sequé las lágrimas, en un acto de yo no sé qué impulso adolescente, levanté la cara altivamente en plan "pero tu no me jodes, después de lo que te dije", con algo de miedo de que éste señor le fuera a decir algo a mi madre, o a los maestros o me fueran a mandar al psicólogo de la escuela. Al fin y al cabo era catoliquísimo y formalísimo y todos los "ísimos" que, según yo, excluían la posibilidad de que fuera a aplaudirme lo que acababa de decir.

Como leyéndome la mente, me soltó el hombro y se hizo para atrás.

-Entonces así está la cosa... Entiendo y comprendo que te sientas así, pero siempre pudiste decírmelo  no tenías por qué sentirte sola, además de todo.
-Decírtelo no fue una opción, maestro, creo que tanto tu iglesia como tu escuela no son de las que aplauden lo que acabo de decirte.
-Tienes razón, no lo hacen, pero eso no tiene nada que ver. Para mi ésto es nuevo, también, cuando tenía tu edad eran cosas de las que no se hablaban... no es algo que logre comprender del todo, tienes razón, en mi cabeza, situaciones como éstas no tienen mucho sentido. Pero al fin y al cabo eres una mujer de quince años con el corazón roto y eso es algo que sólo tiene una solución.
-¿Cuál?
-Quiérete. Vívete. Que nadie te arruine la fiesta, señorita, porque la fiesta es tuya. Y si te la pasas llorando por los rincones por alguien que por X o Y decidió no estar contigo, la que se perdió de la fiesta fuiste tu, no ella.

Me llené los pulmones de aire y antes de que pudiera decir nada, me ofreció un ride a mi casa. No dijimos nada al respecto en el camino. Antes de bajarme le di un abrazo.

La fiesta es mía, chingada madre. Y al que no le guste, que se largue.

martes, 4 de diciembre de 2012

Like a film that's so bad but I gotta stay till the end, let me tell you now it's lucky for you that we're friends.



De: Goma Rosa
Para: Superman

Con respecto a lo último que me escribió, Superman, sólo tengo que decirle:

No me bese, no se esfuerce. Yo no lo requiero. Ni hoy, ni mañana, créame. Para mí, los besos sólo cuentan si son desenfrenados, de otra manera, me parecen de lo más desagradables.

¿Quiere saber algo de mí? Me gustan las clavículas y tengo debilidad extrema por los brazos fuertes y las espaldas marcadas. Extrema, le digo, pocas veces puedo decir que no cuando los tengo cerca y me amarran de una forma irracional.

A pesar del altar en el que usted me pone, tan centrada y tan amante del espíritu, debe saber y estar consciente de que la mujer que ha tenido enfrente durante los últimos tres años también ama el cuerpo y lo superficial, también lo valora y le da prioridad. Y también ha tomado decisiones sin tomar en cuenta más que eso.

Es mi debilidad, es mi tropiezo, es mi queridísima porción de superficialidad y me adoro por eso. No me da culpa, ni me decepciona de mi misma. No debería dejar que eso le pase a usted. No se odie, Superman, no es ningún pecado.

Las decisiones que toma y los motivos que la llevan a tomarla, deberían hacerla sentir segura. Existen aspectos que nos inclinan más hacia algo y si así lo está decidiendo, debería sentirse convencida y satisfecha con los resultados.

Si el valor que le da a lo superficial y a lo intrínseco es equitativo, la vida nos coloca, por lo tanto, en la posibilidad dialéctica de concluir que el lugar que ocupo en su larga lista de mujeres, es igual al de cualquier otra que satisfaga sus "requerimientos" en cuanto a la parte superficial, que tanto odia necesitar. Incluso por debajo de la media, ya que ha aceptado soportar lo intrínseco por lo superficial, pero no lo contrario.

Entonces, Superman, las opciones se le acaban.

De ninguna manera contaría con esfuerzo alguno de mi parte para cambiar ni siquiera el largo de mis uñas, ya no digamos la eterna lista que supongo existe debajo de mi nombre, si lo anterior es condición estricta para que esté conmigo.

La razón es muy simple y concreta: la inversión de tiempo y energía necesarios, para nada valen la pena si al final, a lo más que aspiro es a encontrarme una relación basada en algo tan débil y volátil como lo es el cuerpo.

Por otro lado, tampoco sería capaz de pedirle clemencia para que cambie su decisión, pues rogar ni es mi costumbre, ni considero que me haría sentir satisfecha con el resultado. Respeto su postura y antes de que me diga lo contrario: no estoy pidiéndole que cambie.

No sé a quién agradecerle el tener la capacidad de amar ambos aspectos de mi persona, con locura. Me conoce, sabe que soy insegura y desconfiada, pero acabo de caer en cuenta de que llegó a tocar lo único que no sacrificaría por una relación: mi autoestima.

No me puedo imaginar en una relación, después de lograr cumplir la eterna lista de los requerimientos que usted supone, sumergida en ataques de pánico con respecto a lo que espera o no de mi. Llevando las de perder, por supuesto, imaginando las incalculables posibilidades de que no logre cumplir el estándar de calidad y usted me abandone.

Imposible, no me perdonaría jamás el provocarme semejante desequilibrio emocional.

Y tampoco se lo perdonaría, definitivamente.

Entonces, desisto. Tal como lo hice antes, por razones ajenas a ésta, pero con el mismo temple y seguridad. Desisto y le pido que ni se sienta culpable, ni se odie.

La decisión no sólo es suya, sino también mía... lo ha mencionado varias veces.

Deje de repetírmelo y comience a aceptarlo.

Si le parece incómodo, créame, no se vuelve a tocar el tema. Sólo quiero que no quede en el aire que lo que me parece injusto no es que no logre cumplir los requerimientos, Superman, si no que utilice el estímulo que puedo brindarle para sentirse plena en lo intrínseco y fusione mi persona con cualquier otra que le llene plenamente la parte superficial.

No estoy dispuesta a consentirlo, por respeto a mí. Yo no considero que mi valor sea el 50% de la persona que alguien quisiera para tener a su lado, si no un ser completo que es capaz de ser feliz y hacer feliz.

Si está cómoda viviendo de esa manera, mi trabajo será respetarle. Siga uniendo piezas para conseguir lo que necesita, no tengo por qué juzgarle. Pero dese cuenta de una vez que lo que tanto odia, no lo odia en mi, si no en usted. Sea sincera, me lo merezco. No le estoy pidiendo que me responda, si no que se lo responda usted misma.

Por último, me gustaría que entendiera que he reflexionado el concepto "todo o nada" y la forma en la que lo hemos aplicado hasta el cansancio en nuestra relación. Hasta ahora logro entender que mi percepción del "todo" a usted le quedaba chica y que, por supuesto, no habría por qué entregarse del todo, si no lo estaba recibiendo de regreso.

Supongo y espero que tendré una respuesta... y por alguna razón, no logro convencerme de que no será inquietante. Pero la aceptaré, cual sea. No hay nada más que desee en ésta vida que lograr un equilibrio y dejar de sentir que seguimos sin resolvernos.

Una vez más, no se odie... yo la amo, tal cual es.

Goma Rosa


lunes, 3 de diciembre de 2012

You are my secrets on the front page every week.


De: Superman
Para: Goma Rosa

Buenos días.

No me atrevo a mandarte a la chingada porque no lo requiero.

Lo que SI requiero  es decirte lo que ya sabes y no se vuelve más cómodo para mi cada vez que te lo digo o insinúo. 

Quiero seguir siendo tu mejor amiga hasta que deje de serlo. Hasta que logre superar mis prejuicios, hasta que las ganas de besarte sean tantas que duela. 

Mientras tanto... aquí voy a estar jodiéndome y extrañándote, porque no puedo ver más allá de lo superficial y aunque lo hiciera... no duraría. 

Para mi desafortunadamente, viene de la mano: ese sería mi todo o nada. No deja de ser incomodo. No dejo de odiarme cada que te lo digo. De verdad, perdón.

Años más tarde, me di cuenta que si duré tanto con mi ex, fue por ti. 

Pasé por alto todas sus faltas, carencias y defectos porque me dormía con una sonrisa, porque me despertaba con el corazón lleno. 

¿Que injusto no? Por eso siempre pensé que era más tuya que de nadie, porque a ti te di todas mis facetas, te exprese mis inconformidades, mis inquietudes, todo...

Me vestía antes de salir para ti, te preguntaba cómo me veía por que era para ti, llegaba a un bar 3 horas "a ponerte el cuerno” físicamente y regresaba contigo  a dormir. 

Es una mamada, así fuimos un año entero, por ti no me caí, los momentos que más abajo estuve fue porque no estabas tú. Así ha sido... 

No me da orgullo, todo lo contrario. Me da vergüenza reconocer que mis sentimientos hacia ti, los externo físicamente con otras personas. A estas alturas, a 3 años de que todo esto empezó, no puedo más que ser honesta contigo.

Te amo, pero no me sirve si me sigo poniendo restricciones.

Superman

jueves, 29 de noviembre de 2012

You are the habit I can't seem to kick.



De: Goma Rosa
Para: Superman

Superman, por favor, tienes que darte cuenta que pasaron tres años.

Tres pinches años.

Los mejores de mi vida, tal vez, si sólo cuento los fragmentos en los que nos brillaba el sol. Ni la suma de todos los buenos días hasta antes de conocerte se acercan a esos tres años divididos en minutos.

Estás consciente al igual que yo y eso es lo que nos pasa.

No supe que te asaltaron, tienes razón... ahora que lo sé, me duele no haber estado, me preocupo fuera de tiempo y toda la inmensidad de mamadas que sabes que siento.

Me conoces.

Tu tampoco estuviste en mi vida por el mismo periodo de tiempo, no tienes idea de la combinación de situaciones bizarras a las que me tuve que enfrentar.

Lalalalala, pero fue porque yo quise.

Sé que internamente me lo estás reclamando... y entonces ahí te das cuenta que nos parecemos... ¿o todavía no?

Olvidamos cosas diferentes, Superman, esa es la situación. Tus prioridades y las mías nunca han sido las mismas, a pesar de que somos prioridad una de la otra. Somos un engrane que corre, pero rechina.

Y así no quiero.

El temblor nada. Impulso, costumbre, ponle el nombre con el que te sientas más cómoda y bautízalo. Y si quieres tirarte de un puente hoy y pensar que creo que te moriste con la idea de que mi vida es mejor sin ti, hazlo. Si te mueres hoy, sabría que eso no es cierto. Porque nunca soy tan feliz como cuando estoy contigo y eso es algo que no puedes olvidar. Por eso estás aquí.

¿Sabes cuál es el detonante de ésta situación que tanto te estorba? El que no le puedas echar la culpa a eso mismo. El que no puedas decir " ésta imbécil me  dejó porque ni me ama ni me necesita, que chingue a su madre". Que estando consciente o no, tienes bien claro que ésta imbécil te dejo a pesar de que te ama y te necesita... y que así tienes que joderle las ganas de vivir para que prefiera ser medio feliz y medio plena a seguir aguantando la sombrilla cuando está de agua hasta el cuello.

Y entonces, puta madre, cúlpame de querer no necesitarte. De querer ser yo,  sin ti, otra vez. Cúlpame, por favor, de levantarme diario y querer abrir los ojos en los días en los que no sabía que lo que había creído que era sentirse completa era un error, en los que no sabía que te estaba buscando.

Estoy tratando de encontrarme, carajo, ¿es pecado? Tú ya decidiste que no vas a estar conmigo y aún así no soportas que vaya en contra de mi sistema e intente ser feliz sin ti.

¿Que mi vida es más tranquila?

Si, Superman, lo es. He respirado sin nudos en la garganta, ha sido menos complicada, pero no plena.

Somos infinito, somos inmortales, somos magia... y somos pinchemente nada. Para que haya eternidad, tiene que haber presente. Y no existe, no lo tenemos. Sigues con esa falta de prisa que me frustra al grado de querer golpearte para que despiertes. Para que te des cuenta de que nos estamos perdiendo de la inmensidad por vivir a cuenta gotas. De que lo que hemos tenido hasta ahora te es suficiente a ti, para calmarte la sed, pero que a mí me marchita. Que hay más, chingada madre, que la vida se nos está yendo y que nos la estamos  perdiendo y que no sabemos cuánto nos queda en el reloj para que el camino llegue a un punto de no retorno.

Vamos a ser para siempre, Superman, pero ¿cuánto más vamos a tener la opción de vivirnos?

Te odio diario por ser tan cobarde. Te odio por no habernos dado la oportunidad de amarnos hasta hartarnos y mandarnos al carajo 8 días después, o tres meses, o un año. Y entonces sí, soltarnos y tener vidas paralelas y querernos siempre. Y ser la historia que contar "cuando seamos grandes". Y decir "nadie como tú, hija de la chingada, pero no me arrepiento".

No te arriesgas, idiota, no te arriesgas. Tú crees que soy una romántica que está esperando que cambies para poder estar contigo y a mí lo único que me falta es que tú quieras. No te cambiaría un puto suspiro, a pesar de las miles de cosas que no soporto de ti. Porque así me llenas y me haces eterna y me haces feliz. No has arriesgado un carajo por mí, lo único que has arriesgado es a mí. Siempre has preferido vivir cómodamente infeliz, sabiendo todo lo que te hago falta. Siempre  has preferido arriesgarte a que sea el último día sin hacer nada al respecto.

Yo no quiero ésta historia de amor, Superman. Me niego a pensar que mi fortuna se acabó en conocerte. En que lo más feliz que voy a llegar a ser es cuanto he sido contigo, con éstos retazos de momentos, con estos cabos sueltos. Me niego a pensar que la vida me puso frente a ti para mostrarme lo que no iba a tener. Me niego a pensar que es a lo más que aspiro... a saber que existes, sin más.

Y sí, Superman, nunca dependió sólo de ti. Si hubiera dependido solo de ti, seguiría contigo. Nada habría cambiado desde que nos conocimos, tendríamos esa relación retorcida de amor desmedido y pertenencia, pero eso no me haría sentir completa y tampoco a ti.

Te extraño, siempre. Que me des explicaciones que no te pido, que digas "llego a la casa en 10" como si amaneciéramos bajo el mismo techo, saber de ti a toda hora, cuidarte y preocuparme por ti y sobre todo, sentir que te pertenecía.

¿Alguna vez te diste cuenta? Que contigo cerraba los ojos y no me importaba saber que era tuya. Sin más. Que a pesar de que odiaba que desconfiaras de mí, el hecho de que fueras posesiva y me lo hicieras notar, me encantaba. Que a pesar de mis berrinches y todas esas cosas que odias y amas de mí, no había nada ni nadie más que tú. Que cerraba los ojos y confiaba, Superman, sin pensármelo dos veces. Sabía que tú estabas siempre y que no ibas a dejar que nada me pasara.

(¿Te acuerdas de qué sentías tú? ¿Qué era?)

Lo extraño y lo sabes... y eso justamente es lo que me parte el alma. Agradécele a lo cómoda que me siento siendo tuya el que yo no esté contigo. No a las miles de estupideces que hicimos antes, Superman, porque eso sólo me sirve para justificar la ausencia de ti que he creado en mi vida. Pídele cuentas a lo que no estás haciendo hoy, a saberme propiedad de nadie, a que no tengamos más futuro que uno a medias.

Eso es el puto abandono.

Que yo tenga que largarme sola a la chingada porque eres cobarde hasta para mandarme.

Goma Rosa

Come on and kill me baby, while you smile like a friend.



De: Superman
Para: Goma Rosa

Perdón por la semana que me tomó responder, me pasaron muchas cosas por la cabeza. Vamos por partes:

Sé que no me llamaste con serenata el día que tembló, pero no supe absolutamente nada de ti cuando me asaltaron. 

Dos semanas después de que me mandaras a la verga,  me asaltaron unos tipos en un camión, me agarraron a putazos. Se llevaron mi celular. Fuera de los golpes y el trauma no paso a más. No publiqué nada en Facebook. No quise que te enteraras porque sé cómo te pones. Pero me dolió que no estuvieras, me dolió en el alma no saber de ti. Ha sido de los momentos en los que más he necesitado tu cara de consternación y que te preocuparas por mí. Que posterior al trauma estuvieras dándole seguimiento a mis “transportajes públicos”.

 De ahí viene el resentimiento cuando me llamaste el día del temblor.

¿EL TEMBLOR QUÉ?

¿Qué procedía si no entraba la llamada, si se caía el DF, qué pasaba si estaba atrapada debajo de una casa?

Absolutamente nada. Moriría creyendo que estás mejor sin mí, que tu pinche vida es mejor sin mí. No me estoy tirando al drama, no va a pasar, pero después de tu llamada me quede pensando. Fue inevitable pensar en la falta que me hiciste en todo éste tiempo.

De ahí el enojo.

A mí no me interesa que tu solita seas un 8, eso lo sé. No tienes que venir a recordarme que no me necesitas, que sola estás completa. Eso lo sé. 

La magia del 4 y 4 para mi es que entre las dos se forma el 8. El infinito, la inmortalidad de dos personas. A la verga, es el simbolismo que le di. Mal o bien, es el que me funciona, porque para mi a pesar de tus desplantes, berrinches, condiciones (todo o nada), hay mucho mas.

Por eso ni me apuro, ni me presiono, ni me angustio. A la chingada. Sé que me completas, sé que me haces bien, sé que cuando estás sonrío, y cuando no, te extraño. Sé que puedo vivir sin ti, solo mi mundo es un mundo feliz cuando estás al alcance de una llamada, de un Whatsapp.

Consciente de que no vas a estar toda la vida esperándome, me arriesgo a preferir una sana amistad y preferirte por sobre todas las cosas. Te es imposible verlo.

I FUCKING GET IT. 

No es porque te quiera menos de lo que tú me quieres a mí. Ésta madre es de dos y si tu lo quieres dejar solo en mis manos esperando que yo cambie, no vamos a llegar a nada, más que el recuerdo de 3 increíbles/tormentosos años. Que las dos elegimos. Que si por las dos hubiese sido, hubieran sido más.

Pero ¿sabes qué? Jamás dependió solo de mí.

¿Te abandoné en el aeropuerto? ¿Me ausente los pocos días que teníamos para estar juntas? Sorry, no me arrepiento. Necesitaba esa calma, esa tranquilidad de la que tú hablas en tu mail. 
Te alejaste del mundo y éste mejoró. 

¿Porqué no lo dije? Porque mientras pasaba no me daba cuenta, pensé que era depresión. Aeropuerto, cut the fucking drama, ya fue. Estaba triste. Punto.

Tienes que dejar de reclamarme las cosas. Ya te pedí perdón "N" cantidad de veces y no lo logras, no me logras perdonar. Entiendo. ¡No queda en mi! Si no logras perdonarme jamás en la vida, entenderé, y por supuesto, aceptaré el que no quieras estar cerca de mí. Porque no sólo te dañarás recordando lo hija de puta que fui, si no a mí también me joderás con la amargura y no se vale, porque de verdad lo siento muchísimo.

Es todo lo que se me viene a la mente por ahora.

Te amo. 

Me da gusto que estés bien, que estés fuerte... 

Superman

I've done this before and I will do it again.


De: Superman
Para: Goma Rosa

Sustituye todos los "te odio" por "te extraño"

Pensé que lo sabrías… 

Me enojo mucho en la mañana saber de ti. Creo que lo que me encabronó es que desde el lunes te quería mandar un correo, pero me interrumpieron y lo pause.

Aja… me enojo que no pudiese ponerme en contacto primero yo contigo que tu conmigo.


Mañana te mando mail más en forma.

Pd. Once upon a time… ES UN MUST QUE LA VEAS, te va a encantar.

4 Goma Rosa

 4 veces 4*

Superman

* Contexto: Cuando estábamos en una relación 
utilizábamos en número 4 para sustituir los “te quieros” 
y de más frases de amor, por una broma personal.
Pueden  encontrarlo en muchos post de Superman.
 Además, mi número favorito es el 8 y 4+4…

De: Goma Rosa
Para: Superman

Pensaste bien.

Y pues el temblor te jugó chueco, ¿qué más da?

Tampoco es como si te hubiera llamado con serenata, ¿no?

Nada cambia.

La serie no creo que me guste, estoy más inclinada hacia
literatura de mierda últimamente. Las historias de amor
baratas y predecibles me facilitan la existencia.

No estoy segura de que hayan 4. El 8 completo soy
yo misma, todos los 4 sumados entre nosotras no han logrado un 8.

Que estés bien.


Goma Rosa

martes, 27 de noviembre de 2012

Come on in now, wipe your feet on my dreams.

De: Goma Rosa
Para: Superman

Puedo y lo hice.

De la misma forma en la que tu me enviaste un e-mail a medias sólo porque tembló. Pero si es molestia, Superman, en el próximo desastre natural te mando una paloma mensajera para evitar.

Valiente de tu parte que me dejes notas de odio en el libro, Yo decidí no dejar nada cuando estaba leyendo/escribiendo y te empecé a odiar. Las páginas no subrayadas merecen que las llenes.

Sé que no saber de mi no te hace bien, pero a mi no saber de nadie me está haciendo mejor. Me aislé de todos, aprovechando el aislarme de ti. No eres la única que no sabe de mi.

En cuanto a los abandonos, cada quien los vive diferente. Abandono no es largarse al carajo, precisamente. Hubo abandono de tu parte, sólo que eso a ti ya se te olvidó. Estar a medias es abandonar. Plantar en el aeropuerto es abandonar. Reemplazar es abandonar. Desaparecer es abandonar.

El frío es nulo, pero el pronto lo sentiré. Espero que me quite ésta sensación pegajosa y modorra de haber estado inerte los últimos meses. Desagradable, pero necesaria.

No he perdido mi vida, no te confundas. Mi vida siempre ha estado conmigo, lo que perdí fue la noción de tiempo/espacio en cuanto a ti respecta, perdí la chispa y las ganas y me sentí decepcionada de mi, de haber dejado de algo con tanta energía como lo éramos tu y yo, se hubiera convertido en la razón de mis ganas de no despertarme a diario.

Tu la estás pasando fatal porque me fui, pero que te quede claro, no es castigo, no es ultimátum. La oportunidad estuvo, sin nada de amenazas y las decisiones de las dos fueron lo que nos llevaron a ésto. Créeme que no es fácil darme cuenta de repente que si te extraño, con el alma, que me haces falta, que tengo la necesidad primigenia de escucharte decir mi nombre... y aun así, darme un golpe con la gran verdad de recibir a cambio de esas ausencias una enorme paz dentro de mi, el respirar sin nudos.

Es horrible, porque yo no puedo imaginar una vida en donde  no estés, pero no puedo permitir que estés así, tampoco. Tratando de convencerme a diario que no estoy cediendo demasiado, que no pretendes hacer lo que haces, que es un precio a pagar, que mi urgencia de correr al lado contrario con todas mis fuerzas es un instinto que tengo que frenar para tenerte cerca. 

Me sonaron todas las alarmas, chingada madre, todo el tiempo. ¿No las oías?

Eso y la imposibilidad tuya de poner límites. El estar y no estar en mi futuro, el jugar a "cuando seamos grandes" que me quitaba el soporte de los pies y me hacía tropezar una y otra vez con lo mismo. Esa relación de prioridades y suma importancia, sin que quepa ni en amor ni en amistad. Esa puta inestabilidad que me impedía poner todo en orden porque si estaba mal contigo, estaba mal con todo.

Pero sobre todo, el despertarme sola en las mañanas. ¿Sabes qué es eso? ¿O ni te lo imaginas? Las ansias de ti, de contarte mi día, de llamarte a la hora que quisiera, de comerte con los ojos sin estar rompiendo las reglas. De que los "te amos" te los pudiera contestar sin sentirme como una puta invertida y esa chingada urgencia mía de que tu quisieras estar conmigo con la misma urgencia.

Reinventarme es mi especialidad, lo sabes, y no es problema en éste momento, cuando de por si todo está cambiando. Éste es mi hogar ahora, pero no pretendo que lo sea por mucho más. Perdí la capacidad de sorprenderme en mi propia ciudad y me sentí encerrada. Deduces muchas cosas. No me quedo mucho más. Sólo lo necesario. Cuando sepa a dónde voy, te aviso.

Querías respuestas, ahí las tienes. Me superaron las ganas de largarme a vivir contigo y "ser grandes", me pudieron más las falsas esperanzas y el chingado amor.

No soy como tú, no puedo convencerme cada mañana que la decisión correcta fue no estar con el amor de mi vida y hacer absolutamente nada al respeto.

Todo o nada.

Que estés bien. También te odio.

P.D. La ironía de no estar aquí ni estar allá, ¿te suena?

Goma Rosa

lunes, 26 de noviembre de 2012

Smoke All My Cigarettes Again

Prólogo

Hace algunos meses, después de sentir que mi vida estaba en desequilibrio por la intermitencia crónica de la relación en plan "somos.amigas.pero.no.tan.amigas.pero.te.amo.pero.cuando.seamos.grandes.pero.hoy.no" con Superman, mi ex, decidí ponerle un ultimátum que sabía no aceptaría, lo que me dejaría el camino fácil al alejarme.

El detonante de lo anterior fue soñar que me escapaba con ella. Después de más de un año de no tener una relación con ella, soñé que me escapaba. Me sentí frustrada, estúpida, puberta pendeja, decepcionada de mi y mil cosas más. 

Verme en "el mismo lugar", sentir que no había continuado con mi vida tanto como yo pensaba, me hizo odiar ese sueño. Pinche sueño mamón. 

Corriendo en montaje paralelo hacia un centro en común, a través de un aeropuerto. Colisionando frente a una ventanilla. Comprando tickets para no sé dónde. 

Entonces vino el ultimátum: ahora o nunca.

Sabía que lo iba a rechazar. Lo hizo. Me sentí desdichada por irme y profundamente en paz por que no me detuviera. Y los días pasaron y los días se volvieron más digeribles, comencé a respirar sin nudos en la garganta, ni presiones, ni frustración, ni impaciencia. Y me encerré en mi misma a desenredar no sólo éste nudo, si no algunos más que me quedaban en la cabeza.

Y entonces tembló. Literalmente.

Estaba con mi madre frente a mi cuando me enteré que había habido un temblor. Por inercia, marqué su número y pronuncié, a lo mucho, veinte palabras. La mirada de mi mamá, esperando a que le diera una explicación en conjunto con la voz de Superman, esperando a que le pidiera explicaciones fueron más de lo que podía soportar. Ella prometió enviarme un correo y, honestamente, no pensé que lo hiciera.

Resultó que si lo hizo. Resultó que le contesté. Y que me gustó lo que contesté. Y que me sentí segura y confiada y resulta que entendí las cosas mientras las escribía. Y después de leerlas mil veces, le pedí permiso para publicarlas. Y ella me dijo que sí, cuando pensé que no lo haría. Aún no sé por qué.

Es una idiota en éstas cartas, lo sabemos las dos y ahora lo sabrán ustedes. Espero que tomen lo bueno y que lo malo lo conviertan en experiencia de segunda mano.

Lo que van a leer a continuación no es una historia de amor. Son palabras horribles, que hablan del amor, pero no del amor bonito. Son palabras que raspan y que hacen llorar.


Goma Rosa




De: Superman
Para: Goma Rosa

Estoy terminando de leer tu blog por quinta vez. 

Opte por dejar de extrañarte y soltarte una pequeña dosis de veneno que tengo SEMANAS guardandote. 
No quiero seguir leyéndote, no quiero ni terminar el libro que me regalaste. Estoy a un capítulo de llegar a lo ya no está subrayado por ti. Te estoy dejando notas, fechas en las que te odio, fechas en las que te odio menos,  fechas en las que solo te extraño. 

Te odio.

Definitivo no saber de ti no me hace bien, pero eso es algo que ya sabemos. El punto de esto es que tu estés bien. 

No hay cosa que más me pegue que el abandono de alguien que quiero. De alguien que me pasa por la cabeza todos los días. De la persona que me conoce más de lo que yo me atrevo a conocerme.

Te odio.

¿Que tal el frio? Aquí no hay día que me despierte y esté soleado. Tú lo debes estar disfrutando más que yo.

Me dejaste sin salida. No escribías nada. Tu último post no me dijo mucho más que tus ganas de volver a sentir cosquillas. Nada deseo más que todo mejore y que recuperes tu vida. Pero para recuperar tu vida, definitivo tienes que plantearte bien qué vida quieres recuperar.

La ventaja de no estar es que al aparecer puedes re inventarte. Más tu, que ya dejaste los libros y tareas atrás. 

Sólo en ti va a estar decidir qué persona va a regresar

Cuando mandas a la chingada a alguien es por que no te va a importar su futuro incierto.

Te odio. 

No estas ahí, pero tampoco estas aquí.

Estoy encabronada contigo. 

NO PUEDES HACERME ESTO. 

Perderte dos meses, mandarme a la verga... y luego aparecer así sólo por que tembló.

Superman