- Tengo la mente en blanco, no se que escribir...
- Escribe ésto en 10 años, un reencuentro, como hubiera sido.
-No creo poder hacerlo, no lo soportaría..
- Estaría chido, el tiempo paso y tu y yo nos volvemos a encontrar.
- No lo soportaría -se me quiebra la voz- sería demasiado...
Y no pude dejar de pensar en eso desde aquella noche.
Me negué en un principio: escribir lo que pasaría en 10 años implicaría poner en papel las esperanzas que he mantenido tan al margen, crearme una historia, aceptar que me muero por un final feliz... Todo eso está en mi cabeza, pero trato de no pensarlo. Escribirlo sería hacerlo real.
No tengo idea si voy a hacerlo o no, pero no me lo puedo sacar de la cabeza. Que se me quebró la voz, que no lo soportaría... lo se, en algún momento, después de alguna punto, antes de algún acento, se me escaparían un mar de lágrimas hasta inundar mi cuarto.
¿Pero cómo escribir, si no con el corazón?
No me importa ganar o perder la convocatoria, si puedo, si realmente soy capaz de escribir "La noche que no fue" antes de que la piel se me quiebre en pedacitos, la envío... aunque ni siquiera me manden el "Sigue participando" al que estoy tan acostumbrada.
Ya veremos, Superman, si me dan las fuerzas para escribir y no morir en el intento.
Y ya.
Buenas las tengan.